martes, 3 de enero de 2012

Parque de terapia

"Mis amigos me dicen rata porque no traigo a un parquero. Pero lo hago por placer".


El Chino cuenta que para desenchufarse ama subirse a su tractor para cortar el pasto: “Me despeja”.
El Chino nació en Brandsen y allí se crió en la casa de sus padres, pero actualmente vive en Hudson con su familia: su mujer y los tres hijos, cuyos nombres lleva orgullosamente tatuados en sus bíceps. “Mateo tiene cuatro años y es brasileño, Bernardita es la mexicana de siete y Simón es el que estuvo a punto de ser griego. Pero Racing, que me trajo hace seis meses, me dio un hijo argentino”, cuenta el arquero. Y alza la vista hacia ese parque encantador, pileta incluida, que le significa un cable a tierra. Porque en ese sitio alcanza el trance que lo consigue en ninguna otra parte. Se desenchufa, se llena de paz. El césped es testigo de ese hábito saludable...
“Una vez por semana me subo al tractorcito y cortó el pasto. Escucho el ruido del motor y listo, es una terapia buenísima. Son una horita y media o dos que me olvido de todo. Algunos amigos me cargan y me dicen que soy una rata porque no pongo a un parquero para no pagarle. Pero lo hago por placer, no por necesidad. Me encantan las tareas de la casa”, se entusiasma con el tema abordado. Se relaja, sonríe más seguido. Y revela otros trabajos domésticos que trascienden la jardinería. “También -admite- me encargo de pasarle el barrefondo a la pileta. Y le entro bastante, obvio. Otra cosa que me gusta es ir a pescar, pero por el fútbol no me dan los tiempos. Lo que más disfruto ahora es venir con mi familia y amigos a este lugar, con calles de tierra. Estoy mucho más alejado de todo acá. Dejo de lado todos los problemas que tenga”.
De todas maneras, no se desconecta de su trabajo al ciento por ciento: “A veces miro televisión y me informo o leo los diarios por Internet. Me gusta mucho la tranquilidad que tengo acá. Igual, por una cuestión de distancia, vivo en Hudson; de ahí al entrenamiento de Racing tengo 20 minutos de viaje nomás. Siempre espero el día libre para poder venir a la quinta a distraerme con la familia y los amigos”. Ahí, donde nunca quiere atajar.

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