lunes, 13 de febrero de 2012

Para ser el guía necesita rutas

Hasta Luna anduvo cerca de Gio. Cuando el colombiano funcionó, Racing mostró luz.

Guío -así le dice Coco- jugó correctamente, pero no tuvo alternativas de pase para que el equipo volara.
No fue, por cierto, su mejor desempeño en Racing, pero a Gio Moreno le alcanzó para convertirse en el destacado de su equipo. Cuando pudo cambiar de ritmo y asumir dirección vertical, el ex Atlético Nacional marcó diferencia. Cuando lo logró dispuso de espacio para el pase recto y preciso. Y, también, para obtener el espacio necesario para que su zurda sacara disparos picantes, que exigieron a Javier García: de hecho, tres de las situaciones nítidas que generó el local nacieron de ese recurso. ¿Por qué, entonces, el brillo de Gio se opacó? Porque le faltó continuidad, porque desobedeció el mandato de Alfio Basile -lo mismo que le remarcaba Diego Simeone- y retrocedió más de lo aconsejable para tomar la bocha, con dos complicaciones extra: arriesgó la salida en campo propio y le puso más distancia a su recorrido ofensivo. En descargo de Moreno hay que señalar que fue objetivo permanente de los volantes de Tigre, en especial de Diego Castaño (ver página 10). El Vasco Arruabarrena lo tenía estudiado: con libertad para Gio, las chances a favor de la Academia suelen crecer. Por eso el DT de Tigre construyó un dique que contempló la eventualidad de que Castaño fuese superado: ahí, para doblar la marca, estaba Emanuel Pío.
Debilidad de Basile, Gio es clave en el esquema. El sistema, justamente, también debe darle alternativas de descarga, en especial sobre las bandas. Ayer, la concentración de hombres de Tigre en el medio expuso, más que nunca, esa demanda en el plantel.
Aplaudido en el inicio (fue el que generó más reconocimiento), no hubo censura más allá de algún plateísta que resopló ante algún avance frustrado. Guío -así le dice Coco- conduce, pero a la vez requiere de una sólida señalización en el camino.

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