domingo, 15 de abril de 2012

Colorín colorado

Parra festeja con todo. Locura de los hinchas del Rojo.


Independiente pasó por arriba a Racing, le ganó 4-1 y dejó en la cuerda floja a Basile. Teo, que después se fue expulsado, puso el 1-0, pero con dos goles de Parra, uno de Vidal y otro de Patito Rodríguez, Avellaneda se tiñó de Rojo.
Ese grito ahogado de Gabriel Hauche después del primer gol de Facundo Parra, quizá hubiese hecho salir el sol para Racing. Un Racing que no tenía la pelota, que no se encontraba en el Libertadores de América y que sólo había conseguido la dulzura del gol por un grosero error de Gabriel Milito. El Demonio tiró por encima del travesaño esa inmejorable posibilidad de dejar nocaut a un Independiente que recién se levantaba del garrotazo propinado por el polémico Teófilo Gutiérrez.
Es que el equipo de Alfio Basile debió golpear cuando pudo –o cuando lo dejaron-. El Rojo de Cristian Díaz dominaba en los dos campos: el juego y el corazón. Enfrente, la única bandera era Agustín Pelletieri quien, con Bruno Zuculini y Giovanni Moreno sin demasiada presencia, no pudo competirle a Fabián Monserrat y a Fernando Godoy. Independiente proponía desde el esquema, pero carecía de punch arriba. En el comienzo, Patito Rodríguez y Lucas Villafáñez no fueron una luz. Por suerte para el Rojo, los suplió un Facundo Parra superlativo.
En el ex Chacarita yacen los pergaminos de la victoria. El ex Funebrero aguantó a Matías Martínez y Lucas Aveldaño -este último, además, provocó una falta innecesaria (teniendo en cuenta la pelota parada, virtud de este Independiente) sobre el delantero que derivó en el empate-, salió del área para juntarse y ser compacto y, sobre todo, tuvo (continuó) eso que parecía extinto tras la lesión de Ernesto Farías: el gol. Una guapeada y un penal. Una definición fortísima y una caricia a la red con un Sebastián Saja jugado al otro palo.
Así, el Rojo entró a jugar el terreno que más le convenía. Ya con Zuculini en las duchas, el Coco vería lo que no quería ver: Teo, por discutir con el árbitro, lo dejó con nueve. Entró Patricio Vidal y metió el tercero. Patito Rodríguez se escapó e hizo un gol a lo Kun Agüero... 4-1, final. Avellaneda a los brazos del Diablo. Otro clásico más para Independiente (como local, lleva ocho juegos invicto). Otra caída de este Racing que nunca despertó en el Clausura y vuelve a mirar de reojo los promedios. Colorín colorado.

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