domingo, 22 de abril de 2012

Cese de hostalidad

El arquero y capitán fue reconocido mediante pancartas.

La hinchada recibió sin reproches al equipo luego del lío en el clásico. Hubo ovación para Saja y ni una mínima mención para el desterrado Teo Gutiérrez.
La bronca quedó en Resistencia, en ocasión del partido ante Sarmiento por la Copa Argentina. Allí, en la capital chaqueña, el miércoles último, los hinchas de Racing reprobaron a los jugadores luego del 1-4 más escándalo post clásico, con muletas arrojadas al campo, trozos de hielo y facturas. Anoche, en el Cilindro, se declaró el cese de las hostilidades. Los hinchas, incluso el sector donde se ubica la barra, prefirieron la moderación. Sin gritos ni silbidos, el equipo se llevó lo que Luis Zubeldía había imaginado en la previa: aliento permanente de una hinchada destacada por su apoyo. Sebastián Saja puede dar fe de eso. El Chino se llevó el mayor reconocimiento. Primero cuando salió al peloteo para entrar en calor: “Olé, olé, olé, Chinoooo, Chinooo”. Y luego cuando los equipos salieron al campo de juego.
Esta vez, la gente tuvo un fallo en la disputa que el arquero tuvo con Teófilo Gutiérrez, expatriado a Lanús. Si bien Saja se llevó la parte más dulce, nadie taló más troncos para echar a una fogata que parece extinguirse: del colombiano goleador no se acordó nadie. No hubo banderas, ni cantos, ni nada. El más absoluto de los olvidos.
El resultado, obviamente, terminó de afianzar el camino rumbo a la reconciliación. Está en los jugadores seguir así.

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